Mujer con los brazos cruzados sonriendo

Sentía muchísima inseguridad en mí misma y en mis capacidades y la falta de autoestima. Me sentía frágil, vulnerable e indefensa. Con la terapia empecé a reconocer qué puntos puedo mejorar para verme de una forma más real y quererme como soy. Ahora me siento otra persona: ahora me quiero, no me castigo. Aprendo de mis errores y me valoro mejor. En lo profesional, he notado un cambio a mejor y puedo focalizar en las ventajas. En lo personal, me siento tranquila y a gusto conmigo misma.

Aunque creo que conocí tarde a Alejandra, fue el cambio y la ayuda que necesitaba en mi vida. La experiencia de contar con ayuda psicológica de calidad y sentirte comprendida te reconecta contigo misma.

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