Mujer con los brazos cruzados sonriendo

Antes de trabajar contigo veía mi vida, hablando mal y pronto, negra, muy negra. Me sentía en un bucle de amargura y tristeza que no me dejaba disfrutar de nada.

Al terminar la terapia, poco a poco, he aprendido a gestionar los síntomas de la ansiedad y he aprendido a centrarme en el “luego se me pasa” cuando estoy muy nerviosa, porque sé que siempre se me pasa y eso me tranquiliza. Esto es algo que antes no veía. No veía luz al final del túnel y mi pensamiento era: “no voy a superar esto nunca”.

Alejandra me daba explicaciones objetivas y científicas para aclararme las circunstancias por las que estaba pasando y, a su vez, me explicaba de manera más cercana, utilizando comparaciones que me dejaban muy claro lo que quería decir y eso me ayudaba a comprender que no soy rara ni estoy loca, sino que todo tiene su explicación.

Sin lugar a duda este proceso te transforma como persona. Al inicio, no te sientes capaz ni de levantarte de la cama debido al malestar tan profundo que te va apagando cada vez más.

Sin embargo, al cabo del tiempo y con su ayuda, te sientes capaz e incluso de ayudar a otras personas que ves que están pasando por lo mismo que has pasado tú. Te sientes con fuerzas y lo ves todo de una manera mucho más positiva al comprobar por ti misma que eres capaz de superarlo.

No puedo hablar de manera científica ni objetiva del proceso terapéutico porque desconozco este ámbito en este sentido, pero sí puedo decir, en base a lo que he aprendido, que es eficaz. También es importante decir, que además, es un proceso que hay que trabajar uno mismo internamente y seguir los consejos y las tareas que marca para poder llegar al objetivo.

Lo más que me ha sorprendido ha sido la confianza que he cogido con Alejandra gracias a su manera de ser. Yo soy una persona muy tímida y con ella me explayo sin cohibirme. Además, también me sorprende lo controladas que tiene las sesiones, es decir, que nunca se olvidas de preguntarme y de tratar todos los puntos de los que se hablaron en la sesión anterior. Eres una persona muy atenta. Y lo más importante, me felicita cuando considera que lo estoy haciendo bien y eso reconforta y me impulsa a continuar trabajando.

La aconsejaría una y mil veces. Es una persona que transmite mucha paz y tranquilidad, y en este proceso considero que es fundamental. Es una persona que sabe escuchar y que a su vez, sabe qué y cómo responderte en cada momento para tranquilizarte y sobre todo, normalizar tu situación y evitar que te sientas como una “loca”.

Al explicarte tanto de manera científica, como de manera más cercana, te transmite aún mas seguridad. Aunque sea online, te vas a sentir igual de conectada con Alejandra. No es un problema que haya una pantalla en medio. La comunicación sigue siendo perfecta y el progreso positivo.

Todo lo que se invierte en el bienestar psicológico, está bien invertido. La salud mental es la base para ser feliz y para disfrutar de la vida. Si te sientes inestable, insegura y perdida, es imposible fluir y en consecuencia, no te permites ser feliz. Por este motivo, considero que lo que pago corresponde a lo que recibo. Ahora puedo decir, que aunque la ansiedad no desaparezca, no me controla ni a mí ni a las personas que me rodean, ya que se veían influenciadas por mi estado de ánimo. Resumo mi experiencia con estas palabras: con ayuda psicológica consigues vencer tus miedos y aunque esos miedos vuelvan, nunca van a tener la fuerza que tenían antes de empezar la terapia. Hay que ser valientes y adentrarse en este proceso para empezar a ser feliz.

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