Había tenido depresión en el pasado y, aunque ya estaba superado lo peor, me encontraba muy desmotivado en el trabajo, me costaba levantarme por las mañanas y notaba que estaba Había tenido depresión en el pasado y, aunque ya estaba superado lo peor, me encontraba muy desmotivado en el trabajo, me costaba levantarme por las mañanas y notaba que estaba volviendo a caer con los mismos síntomas. En este momento aún seguía tomando antidepresivos, ya era casi el cuarto año con ellos. Me sentía muy apático, desganado, desmotivado y sin ganas de hacer nada. No le veía el sentido a casi nada, me escondía en mi cuarto, evitaba hacer las cosas que me gustaban. Lo que más me preocupaba era mi mala actitud hacia el trabajo y el esfuerzo y la perdida de ilusión por las cosas.
Gracias al trabajo terapéutico he conseguido muchos logros. El principal es haber dejado los antidepresivos sin casi ningún efecto rebote y haber desarrollado una gestión emocional de la que antes carecía. La gente a mi alrededor también notó un cambio significativo. Una versión más propia de mí: con ilusión, curiosidad, más encendido y con ganas de enfrentarse a la vida y seguir con mis ambiciones, que no son pequeñas.
Aunque parezca mentira, me siento mejor sin la medicación (también tienen sus efectos adversos). Aunque en su día si fueron una herramienta útil, ya no lo eran. Diría que me siento más robusto emocionalmente, ya que evidentemente mis emociones aún fluctúan, pero ahora un mal momento no supone la pérdida completa de ilusión y motivación. Tampoco me siento súper feliz y eufórico, pero he aprendido que sentirse así todo el tiempo tampoco es normal.
Confío en mí y en mis habilidades de gestión emocional.
Ya no siento el miedo de que cualquier día pueda a volver un episodio depresivo serio. Ahora sé interpretar las señales con más tiempo y sé cómo ajustar mi reacción, tanto a nivel cognitivo como de conducta.
Solo tengo cosas buenas que decir sobre Alejandra. Trabajar con ella ha sido de las mejores decisiones que he tomado en mi vida adulta, sin duda alguna. A lo largo unos 8 meses o así, me ha dado herramientas y me ha ayudado a ver cuáles ya tenía para seguir adelante en los malos momentos y muy importante: el saber cuándo usar cada una y cuando son contraproducentes. He aprendido a entender por qué pienso y actúo de la manera en que la hago en ciertos momentos y cómo usarlo siempre para mi ventaja.
Al trabajar a largo plazo con Alejandra, donde ella ha estado siempre tomando meticulosas notas, he podido ver mi transformación con evidencia clara, algo que por mi cuenta no he podido o simplemente no he sido capaz de ver. Las sesiones sirven también como un tiempo para reflexionar, de una manera que haciendo lo mismo solo, no se consigue. Ver el progreso en mi actitud y manera de ver la vida es algo que motiva mucho y mejora la autoestima de manera sostenible y convincente.
Las sesiones las disfruto mucho, casi siempre me falta tiempo hasta las veces que he pensado que no había casi nada nuevo que discutir. Alejandra me plantea muy buenas preguntas, explica conceptos de la psicología avanzados de forma muy fácil de entender, dándole su propio toque y también aporta muchos ejemplos y metáforas que se te quedan grabados y se aplican muy bien a tu día a día.